9 jun 2011

¿Cuál es tu libro favorito?

Es la típica pregunta que nunca sé cómo contestar. No hay uno solo, hay, por lo menos, treinta. Pero si tengo que empezar a filtrar y a valorar desde diferentes ángulos, me quedo con un par. Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción, de Salinger y El Maestro y Margarita, de Mijail Bulgakov.
Sobre Salinger hablaré en algún momento, estoy segura, pero ahora no; ahora quiero contarles de El Maestro y Margarita, que llegó a mí por casualidad hace muchos años, cuanto trabajaba en un call center con gente muy copada que me prestaba libros. Una de mis compañeras, Lina, me recomendaba autores y me traía libros que yo devoraba. Un día apareció con este de Bulgakov: tapa dura, linda edición. "Un ruso, pero diferente", dijo y lo dejó en mi box. Lo empecé ese día al salir del trabajo, en el subte. Casi me paso de estación. Así, con voracidad, le dediqué todo mi tiempo libre durante los días siguientes. Más allá del estilo de Bulgakov, de su manejo de la sátira, hay algo en El Maestro y Margarita que me hace volver a él una y otra vez; quizás es que de alguna manera, al reírme, me siento cómplice de sus protagonistas: el diablo y sus secuaces, de visita en Moscú durante un par de días para armar quilombo y marcar el destino de Margarita y El Maestro.
Nunca se lo devolví a Lina; primero, por colgada y después, porque renuncié (el que no se haya quedado con un libro ajeno, que tire la primera piedra). Cuando me mudé a casa no lo metí entre mis libros, no sé por qué, y lo di por perdido durante un par de años, hasta que un día, revolviendo papeles en lo de mi abuela, lo vi. El reencuentro. El abrazo. La alegría. La emoción de saber que tenía un libro casi imposible de conseguir, por el que me ofrecieron plata y del que no me desprendería por nada. Mi tesoro. My precious, con voz de Gollum.
Y yo, que me sentía tan especial con mi librito inhallable, hoy me entero de que Debolsillo lo editó y ya se consigue en librerías. Así que vayan, cómprenlo, porque vale la pena. En un acto de generosidad, les ofrezco la oportunidad de descubrirlo y maravillarse. Aunque ya no pueda hacerme la canchera al alardear sobre mi libro misterioso e inaccesible, hay que hacer lo que hay que hacer.
No sé, yo que ustedes, no me dejaría estar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo muy lindo con el rusito pero a lina la re vagaste, hija de puta!!! Devolvele el libro a esa pobre chica!!!

Anónimo dijo...

Quise decir cagaste, obvio. Chorra!!!

Anónimo dijo...

Quise decir cagaste, obvio. Chorra!!!

Cel dijo...

Anónimo, sí, la verdad es que por gente como yo, este país se está yendo a la mierda.